El norte de Italia es una región donde historia, cultura y naturaleza se dan la mano y ofrecen a los viajeros una cautivadora mezcla de castillos medievales y aventuras al aire libre. Desde los imponentes picos de los Dolomitas hasta los serenos lagos de Lombardía, cada zona tiene sus propios monumentos históricos y una historia única que contar. He aquí ocho de las mejores regiones para disfrutar de la vibrante diversidad del norte de Italia.
Trentino
Enclavada entre los Alpes del Sur y Venecia y dominada por los espectaculares Dolomitas, la provincia italiana de Trentino es un paraíso natural cargado de historia. Hay varios castillos y fortalezas históricos por toda la región, entre ellos el castillo de Buonconsiglio, la antigua residencia de los príncipes-obispos de Trento y un orgulloso símbolo de la ciudad. A sólo 30 minutos en coche hacia el sur, el castillo de Rovereto se erige como un brillante ejemplo de las fortificaciones alpinas de la Italia tardomedieval, hoy sede del Museo Histórico de la Guerra.
Pocas zonas en Italia pueden compararse con los Dolomitas en cuanto a aventuras al aire libre y belleza natural. Patrimonio Natural de la UNESCO, sus elevadas cumbres ofrecen paisajes impresionantes y excelentes actividades al aire libre. Es un paraíso para los excursionistas, con un extraordinario número de senderos que serpentean por cumbres altísimas, valles verdes y pueblos remotos, mientras que los 400 km de ciclovías asfaltadas son ideales para todos los niveles.
Véneto
A unas tres horas al noreste de Trentino se encuentra Cortina d'Ampezzo, conocida como la Reina veneciana de los Dolomitas. Rodeada por una magnífica muralla de montañas, 1.200 km de pistas y 140 modernos remontes, Cortina es uno de los mayores complejos de esquí del mundo. Los Juegos Olímpicos de Invierno de 1956 convirtieron la zona en un centro turístico de renombre mundial, un legado que perdura hasta nuestros días. En 2026, la ciudad será coanfitriona de los Juegos de Invierno, 70 años después de su estreno olímpico.
La ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos y la ceremonia de inauguración de los Juegos Paralímpicos se celebrarán en el Véneto, en la ciudad de Verona, que alberga la antigua fortaleza de Castelvecchio. Construida en 1354, las torres, los muros fortificados, el foso circundante y los puentes levadizos evocan la grandeza y el misterio de una fortaleza medieval. En la actualidad, el complejo alberga el Museo y la Galería de Castelvecchio, con una variada colección de frescos, joyas, objetos medievales y pinturas.
Friuli-Venecia Julia
Entre los Dolomitas y el Adriático, Friuli-Venecia Julia fue históricamente una zona de conquista protegida por imponentes fortalezas y castillos. En la ciudad de Trieste, el castillo de Miramare fue la fantasiosa residencia neogótica del archiduque Maximiliano de Austria. A veinte minutos por la costa, el castillo de Duino, del siglo XIV, se encuentra rodeado de exuberantes jardines y unas vistas fenomenales.
Más hacia el interior, el castillo de Gorizia ha servido como fortaleza, cuartel y prisión a lo largo de los años, mientras que el castillo de Colloredo di Montalbano es conocido como un santuario para escritores y narradores. Además de una historia fascinante, la zona es un paraíso para nadar en plena naturaleza, el ciclismo y el senderismo, mientras que los amantes de las emociones fuertes disfrutarán de la tirolina, el parapente y el bobsleigh.
Liguria
Fortalezas de cuento de hadas, torres militares y antiguos bastiones: cuando se trata de castillos, Liguria se lleva la palma. Entre las fortalezas de cuento de hadas figuran el castillo d'Albertis en Génova, que alberga el Museo de las Culturas del Mundo, y el castillo Doria, con impresionantes vistas al mar. El castillo de Lerici, que domina la bahía de Lerici, presume de una antigua torre pentagonal, mientras que el castillo Brown de Portofino está rodeado de un jardín mediterráneo lleno de flores, rosaledas y pérgolas.
Más allá de la historia, la naturaleza salvaje de Liguria alberga escarpados acantilados costeros, exuberantes colinas y panorámicas rutas de senderismo que la convierten en una combinación perfecta de patrimonio cultural y belleza natural. Los escaladores no deben perderse las numerosas rutas de escalada alpina en la costa noroeste de la región.
El valle de Aosta
El valle de Aosta, en el noroeste de Italia, es un espectacular valle glaciar bordeado de encantadores castillos, cada uno a la vista del siguiente. Uno de los más grandiosos es el castillo de Fénis, una mansión medieval con maravillosas murallas almenadas y altas torres. El castillo de Saboya, por su parte, se construyó entre 1899 y 1904 y cuenta con cinco torres puntiagudas y un jardín botánico.
Ningún viaje al valle de Aosta está completo sin una visita a la fortaleza de Bard, un impresionante castillo que data del año 1000 y que se utilizó como estructura militar hasta 1830. Hoy en día, la fortaleza es el nuevo centro cultural de los Alpes Occidentales y alberga el museo de los Alpes, con exposiciones históricas periódicas.
Entre visita y visita a los castillos, los prístinos paisajes montañosos ofrecen infinitas oportunidades para aventuras al aire libre, desde caminar por frondosos valles, esquiar por laderas nevadas o simplemente disfrutar de las vistas de los picos circundantes.
Lombardía
Lombardía alberga una notable colección de castillos con impresionantes paisajes naturales como telón de fondo. Entre las fortalezas de visita obligada se encuentra el castillo de Desenzano, una fortaleza situada sobre el lago de Garda, que ofrece majestuosas vistas desde sus pasarelas y un fácil a las actividades al aire libre del lago, como senderismo, vela y deportes acuáticos.
En Pavía, el castillo Visconteo, que data de 1360, es conocido por su importancia histórica y sus hermosos ajimeces. Para disfrutar de vistas panorámicas del valle de Valtellina, diríjase al castillo Grumello, situado en la cima de una colina. Para conocer la historia en el corazón de los Juegos de Invierno, diríjase al palacio de Simoni, en Bormio, que data del siglo XVII y alberga un palacio, una torre medieval, una iglesia y un jardín.
Tirol del Sur
Con sus bulevares arbolados, sus jardines botánicos y su núcleo medieval, Merano, en la región del Tirol del Sur, es una joya histórica de postal y una atractiva base urbana para esquiar, montar en bicicleta o practicar senderismo en las montañas cercanas. El castillo de Trauttmansdorff es una atracción notable de la ciudad de Merano. En sus orígenes era una fortaleza que se transformó en hogar de una familia noble en el siglo XVI, hoy en día funciona como museo. También merece la pena recorrer los jardines del castillo de Trauttmansdorff, que ocupan 12 hectáreas con exóticos cactus, árboles frutales y un caleidoscopio de flores que descienden en cascada por la ladera.
A sólo veinte minutos al norte, el castillo del Tirol se erige orgulloso desde hace casi 1.000 años en un escarpado peñasco sobre la ciudad. Antaño sede ancestral de los condes del Tirol, hoy alberga un museo que se adentra en la turbulenta historia del siglo XX.
Emilia-Romaña
Emilia-Romaña alberga algunos de los castillos mejor conservados de Italia, repartidos por una campiña virgen ideal para el senderismo. El pintoresco castello de Torrechiara, en Parma, se construyó entre 1448 y 1460, con cinco características torres cuadradas que lo convierten en uno de los ejemplos más distinguidos de la arquitectura de castillos de Italia.
Otra fortaleza medieval increíblemente intacta es la Rocca Di Vignola, que se alza cerca de las orillas del río Panaro, en Vignola. El castillo data del siglo VIII y es reconocible por una combinación de torres semicilíndricas y cuadradas, varias de las cuales están conectadas por evocadores caminos de ronda.
Los amantes de la historia no deberían perderse la fortaleza de San Leo, en lo alto de un acantilado, cerca de la frontera con Las Marcas. Sus cimientos datan de la época romana y el edificio sirvió de prisión en los siglos XV, XVI y XX. En la actualidad, el castillo alberga un museo que exhibe armas renacentistas e instrumentos de tortura.
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