Con Estados Unidos como el mayor mercado no comunitario para las exportaciones italianas, los aranceles impuestos por el presidente Trump podrían afectar significativamente a sectores como el vino, los licores y los muebles.
Estados Unidos es el mayor mercado no comunitario para las exportaciones italianas. Según la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, durante los dos primeros años desde su toma de posesión han crecido en más de 15.000 millones de euros. Pero, ¿qué podría ocurrir si los productos 'Made in Italy' fueran blanco de los aranceles de Trump?
'Euronews' habla sobre el tema con Marco Simoni, director del Centro de Política Industrial de la Universidad Luiss de Roma, que anteriormente trabajó como asesor económico de dos primeros ministros italianos.
Un golpe para las empresas italianas
"Cada año exportamos a Estados Unidos productos por valor de unos 70.000 millones de euros. Es mucho dinero y una amplia gama de productos. Los aranceles reducirían la capacidad de las empresas italianas para hacer negocios en EE.UU.", dice.
"Por otra parte, compraríamos menos productos estadounidenses si la UE también les impusiera aranceles", añade Simoni. Junto con la industria del mueble y la alimentación, las exportaciones de vino estarían entre los principales sectores afectados por los aranceles de Trump, ya que Estados Unidos sigue siendo el mayor importador de vinos italianos.
"Un riesgo real" para el sector del vino y los licores
Federvini, que representa a más de 2.000 empresas (principalmente exportadoras de vino y bebidas espirituosas), ha pedido que se rebajen las tensiones para evitar una guerra comercial a gran escala. Micaela Pallini es a la vez presidenta de la empresa familiar Pallini, líder mundial en la producción de limoncello italiano, y presidenta de Federvini .
"Estados Unidos es el principal país al que exportamos nuestros productos, concretamente vinos y licores", dijo Pallini, "estamos hablando de aproximadamente el 30% de los 2.000 millones de euros de productos exportados, por lo que podríamos acabar perdiendo alrededor de la mitad. Es un riesgo real".
A pesar de sus estrechos lazos con Trump, sería difícil que a Giorgia Meloni le ofrecieran algún atajo: "Es bueno que Italia tenga una relación privilegiada con EE.UU., pero esto no tendrá ningún efecto sobre los posibles aranceles, ya que se impondrían a los productos de la UE y no a los de cada país", explicó Simoni.
"Italia, de hecho, es un Estado miembro de la UE", añadió Simoni, "lo que significa que las negociaciones tienen lugar entre Estados Unidos y la Unión Europea, no con Estados individuales". Según el exasesor económico, podría haber otra razón por la que Trump podría estar amenazando con imponer aranceles.
"Trump podría querer algo a cambio", dijo Simoni. "Podría querer que la UE aumente su gasto militar para reforzar su capacidad de defensa a lo largo de sus fronteras, como en el caso de Ucrania. Y podría querer obtener condiciones favorables de la UE, tanto legales como fiscales, para las empresas de alta tecnología que le han apoyado".