Los precios del gas natural se han disparado en los tres últimos meses por el optimismo de la demanda, impulsada por el auge del consumo de IA y su crucial papel en la transición hacia las energías renovables.
PUBLICIDADLos expertos esperan que el gas natural desempeñe un papel clave en la transición mundial hacia una huella baja en carbono. Mientras tanto, el auge de la inteligencia artificial (IA) impulsará su utilización en el consumo de electricidad. Desde mediados de abril, los precios de los futuros del gas natural en Estados Unidos han subido aproximadamente un 62%, y los del gas neerlandés un 18%, debido a la intensificación de las tensiones geopolíticas en Oriente Medio, la reducción de la producción en terreno estadounidense, las interrupciones del suministro en Noruega y las expectativas de crecimiento de la demanda.
Se prevé un aumento de la demanda de gas natural
Según S&P Global Commodity Insights, "la demanda mundial de energía aumentará un tercio en los próximos 10 años, incluida la demanda de los centros de datos, y el gas natural desempeñará un papel importante como fuente de energía de carga base". Se espera que el gas natural añada 47 gigavatios al año en el período comprendido entre 2024 y 2035.
Algunas fuentes indicaron que la demanda de gas crecerá especialmente en los mercados emergentes de Asia debido al aumento de la población, el desarrollo industrial y el cambio hacia la descarbonización de los combustibles fósiles a finales de este siglo. Aunque el aumento de las inversiones en Gas Natural Licuado, GNL, impulsará la oferta a corto plazo, serán necesarios nuevos proyectos para satisfacer la demanda a largo plazo.
Según datos de 'Bloomberg', en los primeros cuatro meses de este año, el número de grandes camiones propulsados por GNL en China aumentó un 459% en comparación con el mismo período de 2023, debido a los menores costes del gas natural y a su menor huella de carbono en comparación con el petróleo. En marzo, el Instituto de Investigación de Economía y Tecnología de la Corporación Nacional de Petróleo de China pronosticó que los vehículos eléctricos y los camiones propulsados por GNL sustituirían entre el 10% y el 12% del consumo de gasóleo y gasolina en el gigante asiático este año.
Los analistas de Wells Fargo prevén que la demanda de electricidad en Estados Unidos crecerá hasta un 20% de aquí a 2030, impulsada por las crecientes necesidades energéticas de la inteligencia artificial, IA. Se espera que la infraestructura de los centros de datos de IA añada 323 teravatios-hora de demanda de electricidad, siete veces más que el consumo anual de la ciudad de Nueva York en la actualidad.
Las grandes empresas tecnológicas, incluidas Amazon, Alphabet, Microsoft y Meta, están prosperando en la infraestructura de centros de datos, que requiere un enorme consumo de energía. Sin embargo, las energías renovables por sí solas no podrán satisfacer la creciente demanda, lo que convierte al gas natural en una fuente esencial de suministro eléctrico. Según Goldman Sachs, el gas natural podría suministrar el 60% de la energía necesaria para la IA, y el resto correspondería a las energías renovables.
Una crisis de suministro a corto plazo
Por el lado de la oferta, las interrupciones de la producción en Noruega y la reducción de la producción en Estados Unidos también han contribuido a la subida del precio del gas natural en los últimos meses.
A principios de junio, los precios del gas neerlandés se dispararon hasta los 36,01 euros por megavatio-hora, el valor más alto desde diciembre de 2023, debido a una interrupción en la planta de procesamiento de gas de Nyhamna, en Noruega.
Desde que comenzó la guerra en Ucrania, Noruega y Estados Unidos han superado a Rusia como principales proveedores de gas natural a Europa. En 2023, el país nórdico representará el 30% y Estados Unidos el 19% del suministro de gas de la UE. Mientras tanto, el suministro de GNL procedente de Rusia también aumentó hasta el 16%, un 40% más que en 2021. La dependencia de las importaciones de gas plantea importantes riesgos para la región, aunque una cuarta parte de estos suministros se transbordaron a Asia.
Al otro lado del Atlántico, la producción de gas estadounidense cayó aproximadamente un 9% en 2024 debido a la reducción de las actividades de perforación y al retraso de los proyectos de explotación de pozos. La producción de gas disminuyó a una media de 2.744 millones de metros cúbicos diarios en mayo, frente a los 2.778 millones de metros cúbicos diarios de abril.
De cara al futuro, un verano caluroso en el hemisferio norte podría impulsar un nuevo aumento de la demanda debido al consumo de refrigeración en los hogares y a los preparativos anticipados en las instalaciones industriales. A pesar del retroceso de los precios en la última semana, el gas natural podría seguir sufriendo presiones al alza en los próximos meses.