El presidente de la Asociación de Editores Italianos, Innocenzo Cipolletta, defiende la polémica asistencia de Italia a la Feria del Libro de Fráncfort.
Los delegados italianos llegan a la 76ª edición de la Feria del Libro de Fráncfort como invitados nacionales de honor, la primera vez que se concede a Italia este venerado puesto desde 1988.
En la mayor y más antigua feria del libro del mundo, la delegación italiana está encabezada por la Asociación de Editores Italianos (AIE) y representada por Alessandro Giuli, ministro de Cultura italiano, junto a una selección de célebres escritores de la nación. Sin embargo, la presencia de políticos del gobierno de la primera ministra Giorgia Meloni y la ausencia de figuras clave de la literatura ha avivado las dudas sobre su inclusión.
La historia de la Feria del Libro de Fráncfort se remonta a más de 500 años, antes de la aparición del libro impreso. Al principio, se trataba de una pequeña feria para la venta de libros escritos a mano; la feria más formal se estableció después de que Johannes Gutenberg fuera el pionero de la imprenta en el siglo XV.
Su iteración actual se produjo cuando se restableció la feria tras la Segunda Guerra Mundial, en 1949. Desde 1976, la feria elige a un país como invitado de honor. Cada invitado de honor dispone de un pabellón de exposición especial y de todo un programa literario dedicado a su industria. Italia sólo ha sido invitada de honor una vez, en 1988, y toma el relevo de Eslovenia, invitada de honor el año pasado.
Asistentes y ausencias
Entre la delegación italiana en la feria destacan sus tres ponentes principales: el físico y escritor Carlo Rovelli, la escritora Susanna Tamaro y el filósofo Stefano Zecchi. El resto del programa está repleto de algunos de los grandes nombres de la literatura italiana, aunque la prensa no ha tardado en señalar una ausencia notable: Roberto Saviano.
Saviano, de 45 años, es famoso por sus escritos sobre la denuncia del crimen organizado italiano, sobre todo por su libro de periodismo de investigación 'Gomorra'. Ha sido objeto de varias amenazas de muerte y ha pasado un tiempo bajo protección policial.
Cuando no se anunció la presencia de Saviano entre los delegados italianos, muchos comentaristas lo interpretaron como un repudio del Gobierno al escritor por su visión crítica de Italia y sus críticas directas al gobierno ultraderechista de Meloni. El año pasado, la Primera Ministra demandó a Savianopor 1.000 euros después de que éste la llamara "bastarda" en una entrevista televisiva.
Desde entonces, Saviano ha confirmado que asiste a la feria a petición de su director, Jürgen Boos. Sobre su ausencia, Innocenzo Cipolletta, presidente de la AIE, explica a 'Euronews Culture' que el programa se creó a partir de propuestas de editores, entre los que Saviano "no estaba incluido inicialmente".
"Faltaban otros grandes escritores italianos, y obviamente cualquier ausencia es un gran pesar pero, por otro lado, respetar los procedimientos es una forma de garantizar la imparcialidad", explica Cipolletta.
"Hubo muchos malentendidos, y lo lamentamos, pero nadie pretendió nunca excluir a Saviano por razones políticas. Y añadiría que, de todas formas, nos alegramos de que esté aquí en Fráncfort", afirma. Saviano se ha pronunciado sobre la situación, afirmando que no "cree que [su] presencia en Fráncfort sea una victoria, sino una forma de resistencia".
Una escena contemporánea
Si echamos la vista atrás a la última vez que Italia fue invitada de honor, muchos la consideraron un momento álgido para la literatura italiana. Figuras como Umberto Eco dominaban la comunidad literaria mundial, mientras que el futuro Premio Nobel Darío Fo seguía girando con su querida y controvertida obra 'Mistero Buffo'.
El lema de Italia para la edición de 2024 de la feria es 'Raíces en el futuro', una aspiración a mirar hacia delante apreciando su rico patrimonio. Cipolletta afirma que la actualidad representa un nuevo punto álgido en la edición italiana, con unas ventas que han alcanzado un nuevo máximo impresionante tras la pandemia.
"Nuevos autores que cuentan la historia de la Italia de hoy aparecen en las librerías, en las propuestas de los editores", afirma Cipolletta, que subraya que el alcance mundial de la literatura italiana también ha crecido, ya que en los últimos 20 años "los derechos de traducción que vendemos al extranjero se han cuadruplicado".
Más de 90 autores viajan a Fráncfort como parte de la delegación oficial, entre ellos Alessandro Baricco, Annalena Benini, Paolo Cognetti, Claudia Durastanti, Antonio Franchini, Nicola Lagioia, Claudio Magris, sca Melandri e Igiaba Scego.
Aunque no forma parte de la delegación oficial, Saviano también participará en un debate con la copresidenta de PEN Berlín, Deniz Yücel, sobre "Literatura y política. Escribir en tiempos iliberales". A pesar de la presencia de embajadores de la literatura italiana, otros escritores italianos han expresado su preocupación por el sesgo pro-Meloni del programa.
"La libertad de expresión está castigada en nuestro país", declaró a la prensa Paolo Giordano, escritor italiano conocido por su novela "La soledad de los números primos". "Eso es realmente cierto, no es sólo una impresión".
Otros han afirmado que han sido directamente censurados por el Estado. Antonio Scurati, cuya novela 'M. Hijo del Siglo' narra el ascenso de Benito Mussolini, dijo que se le ha negado el derecho a hablar en la radio estatal con motivo de la fiesta nacional italiana. "Esto le ocurre a la gente que critica al poder", declaró el miércoles en Fráncfort.
Cipolletta, presidente de la AIE, rechaza la sugerencia de que se censure a los delegados en la feria: "Todos los autores aquí en Fráncfort son libres de abordar cualquier tema, de expresarse libremente dentro del Pabellón de Honor de Italia, que, no por casualidad, es una plaza, símbolo de confrontación y civismo", afirma.
La delegación italiana ha estado encabezada por el ministro de Cultura, Alessandro Giuli -fiel a Meloni y objeto de polémica por sus anteriores comentarios de apoyo a Donald Trump y Vladimir Putin-, pero Cipolletta asegura que la AIE actúa con independencia del Gobierno.