La amenaza de la istración trumpista de tomar el control de la isla ha despertado alarmas en toda Europa. La primera ministra danesa, quien mantiene el control de la isla, pide estar alerta, mientras que Kaja Kallas cree que no hay que interpretar a Trump a pies juntillas.
La Unión Europea ha endurecido su línea oficial contra la amenaza de Donald Trump de tomar el control de Groenlandia -utilizando la fuerza militar si es necesario- tras nuevos comentarios que no dejan lugar a dudas sobre la seriedad de la intención expansionista del presidente estadounidense.
"Creo que la vamos a obtener", ha declarado Trump durante este fin de semana. "No sé realmente qué derechos tiene Dinamarca al respecto, pero sería un acto muy poco amistoso si no lo permitieran porque lo hacemos para proteger al mundo libre".
Groenlandia es un territorio semiautónomo del Reino de Dinamarca, considerado muy estratégico por su situación en el mar Ártico y su riqueza en metales raros. Los efectos del cambio climático, consideran los expertos, podrían abrir nuevas rutas marítimas y oportunidades en el ámbito de la minería.
A diferencia de Dinamarca, la extensa isla de 56.000 habitantes no forma parte del bloque de los 27, pero goza de un estatuto especial con a los fondos de la UE y libertad de circulación para los groenlandeses, considerados ciudadanos comunitarios. Además, Groenlandia está amparada por la cláusula de defensa mutua que establecen los Tratados de la UE. Según el artículo 42.7, todos los Estados tienen una "obligación de ayuda y asistencia" si otro Estado miembro es "víctima de una agresión armada en su territorio".
"Las fronteras no pueden modificarse por la fuerza", ha dicho este martes el canciller alemán, Olaf Scholz, tras reunirse con la primera ministra danesa, Mette Frederiksen. "La inviolabilidad de las fronteras es un principio fundamental del Derecho Internacional", continuó, sin mencionar a Trump por su nombre. "Este principio debe aplicarse a todos. Corresponde a Europa definir el futuro de nuestro continente", ha añadido Frederiksen.
Las reacciones de Bruselas ante las amenazas
En Bruselas, Andrius Kubilius, comisario europeo de Defensa, se ha pronunciado sobre la amenaza estadounidense: "Estamos dispuestos a defender a nuestro Estado miembro, Dinamarca". El día anterior, sin embargo, la Alta Representante exterior Kaja Kallas sugirió que la UE debería hablar el "lenguaje de la transacción" para influir en la toma de decisiones de Trump e insinuó que los incendiarios comentarios del presidente no deberían tomarse "palabra por palabra."
Preguntada sobre si el "lenguaje de la transacción" significa que se podría llegar a un posible acuerdo sobre Groenlandia con Washington, Kallas trazó una línea roja: "No, no estamos negociando sobre Groenlandia. Estamos apoyando a nuestro Estado miembro, Dinamarca, y a su región autónoma", declaró. "Lo que quería decir con mi comentario", continuó Kallas, "es que hemos entendido cuál es el lenguaje que habla la nueva istración", concluyó tras una reunión de ministros de Asuntos Exteriores en la que se debatieron las relaciones entre la UE y Estados Unidos.
"También debemos tener en cuenta cuál es nuestra fuerza. Somos una potencia económica. Estamos muy interrelacionados con Estados Unidos", prosiguió. "No es que alguien nos diga lo que tenemos que hacer y nosotros lo sigamos. También somos más fuertes: no deberíamos subestimar nuestro propio poder".
Una llamada "horrenda": La conversación entre Trump y Frederiksen sobre Groenlandia aún colea en Occidente
Estas declaraciones de diferentes representantes europeos suponen una línea más dura en comparación con la tibia reacción inicial, cuando Trump se negó a descartar la posibilidad de desplegar el Ejército estadounidense en la isla más grande del mundo. "Lo necesitamos por Seguridad nacional", dijo Trump a principios de mes.
Entonces, la Comisión Europea habló de escenarios "extremadamente hipotéticos" y ofreció declaraciones genéricas sobre la importancia de respetar el Derecho Internacional. Pero con Trump redoblando las amenazas, la perspectiva de una invasión estadounidense se ha hecho cada vez más tangible para Bruselas y las demás capitales.
La sensación de alerta se disparó tras conocerse detalles de una llamada telefónica de 45 minutos entre Trump y Frederiksen, durante la cual Trump insistió en su deseo de apoderarse de la isla y Frederiksen respondió que Groenlandia no estaba en venta. Periódicos como el 'New York Times' o el 'Financial Times' han calificado la conversación, según fuentes conocedoras de la misma, como muy tensa. Las revelaciones han colocado el tema en lo más alto de la agenda de la UE y han suscitado nuevas preguntas sobre cómo -o incluso si- el bloque podría repeler una posible invasión.
Frederiksen se ha embarcado en una gira diplomática para reunirse con sus socios europeos (el francés Emmanuel Macron y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, entre ellos) para conseguir apoyos políticos a este desafío sin precedentes. "Europa se enfrenta a una situación grave, con una guerra en el continente y cambios en la realidad geopolítica", dijo Frederiksen el pasado lunes. "En momentos como este, la unidad es crucial".
Mientras tanto, el Gobierno danés ha anunciado una inversión de 14.600 millones de coronas (1.950 millones de euros) para impulsar su presencia militar en la región del Ártico y el Atlántico Norte. Se espera que la cuestión de Dinamarca planee sobre las conversaciones cuando los 27 líderes de la UE se reúnan en Bruselas la próxima semana en una cumbre informal dedicada a la Defensa y las relaciones transatlánticas.
Paula Soler y Tamsin Paternoster han contribuido con sus informes.