Los trabajadores europeos del acero están furiosos. Temen por sus puestos de trabajo. Todavía hay futuro para la industria pesada europea? La Comisión Europea dice que sí, y presenta un plan de rescate.
El gigante siderúrgico alemán ThyssenKrupp quiere suprimir 11.000 puestos de trabajo. El sector metalúrgico europeo está en crisis. Aranceles estadounidenses, energía a precios desorbitados, exceso de capacidad mundial, competencia del acero barato de China, etc. La Comisión Europea intenta salvar lo salvable con un "Plan de Acción para el Acero".
La Comisión Europea denomina "Pacto por una Industria Limpia" a su estrategia para la competitividad industrial y la descarbonización. Se produce demasiado acero en todo el mundo. Ahora, el nuevo gobierno estadounidense también amenaza con aranceles: 25% sobre todas las importaciones de acero y aluminio. Como consecuencia, existe el riesgo de que los flujos comerciales internacionales se desvíen de Estados Unidos hacia el mercado interior europeo.
Los proveedores extranjeros intentan conquistar el mercado de la UE con precios de competencia desleal. Para evitar que el acero barato y producido de forma desleal arruine a los fabricantes de acero europeos, en 2026 se introducirá un nuevo instrumento de protección: el CBAM, el Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono de la UE. Los fabricantes no europeos de cemento, aluminio, hierro y acero deberán pagar en la frontera de la UE un impuesto sobre las emisiones de CO2 de los productos fabricados de forma no sostenible.
Para preparar la industria europea para un futuro sostenible, la UE quiere movilizar inversiones por valor de 100.000 millones de euros. Hay mucho en juego: nada más y nada menos que los cimientos mismos de la industria europea.
Alemania quiere alcanzar la neutralidad climática en 2045. Esto solo será posible si el acero deja de fabricarse con carbón y pasa a utilizar electricidad o hidrógeno. La Comisión Europea colabora con la transición. El gigante alemán del acero ThyssenKrupp también está firmemente comprometido con el objetivo del "acero verde".
El capataz Sati me lleva al alto horno. Temperatura del acero fundido al rojo vivo: ¡casi 1.500 grados centígrados! El presidente estadounidense Trump está desatando caos entre los fabricantes. Los aranceles del 25% hacen sudar a los siderúrgicos de todo el mundo. ThyssenKrupp vende poco acero en Estados Unidos. Pero si los países asiáticos, africanos y de Oriente Medio ya no pueden vender su acero en Estados Unidos, Europa se enfrenta a la amenaza de un exceso de acero.
Mark Stagge, portavoz de ThyssenKrupp: "Ante todo, debemos protegernos de las prácticas de importación desleales. Cada año se producen en el mundo 550 millones de toneladas de exceso de capacidad. Necesitamos un ajuste fronterizo de CO2 eficaz. Y también costes energéticos competitivos a escala nacional y europea".
Los sindicalistas de IGM han montado una vigilia frente a la puerta 1 de la acería de Duisburgo. Erol Kücükarslan, delegado sindical: "Nuestro Comité ejecutivo debe quitarse de la cabeza la idea de suprimir 11.000 puestos de trabajo. Y lo que me gustaría transmitir a Europa: el "acero verde", que se fabrica con energías renovables, debería promoverse más rápidamente".
Erol advierte de la desindustrialización: "Si perdiéramos ahora la industria, después de la minería, sería un desastre para Alemania y Europa". El Plan de Acción para el Acero de la Comisión Europea es contundente: ¡aranceles protectores y restricciones cuantitativas para la competencia desleal con el acero!
En el Instituto de Economía Alemán, me reúno con Galina Kolev-Schaefer, catedrática de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Colonia y experta en política comercial internacional: "Los mercados mundiales están inundados de acero fabricado con carbón y, por tanto, perjudicial para el clima", recuerda Kolev-Schaefer. "Por ello, la Comisión Europea está introduciendo un mecanismo de ajuste en frontera, lo que significa que a partir del año que viene habrá pagos por las emisiones de CO2 de las importaciones de acero".
Se necesita mucha energía para producir "acero verde". ¿De dónde saldrá? Kolev-Schaefer: "Para lograrlo, necesitamos una expansión acelerada de las energías renovables y una ampliación de la red eléctrica hacia el sur de Europa".
¿Y el problema de los aranceles estadounidenses? "Esto está afectando mucho a la industria siderúrgica europea", afirma Kolev-Schaefer. "No solo porque Estados Unidos representa alrededor del 20% de las exportaciones de la industria siderúrgica europea, sino también porque el mercado europeo está cada vez más inundado de acero de otros países debido a los aranceles estadounidenses."