El peligro que los niños y adolescentes pasen tiempo frente a una pantalla cada vez es más conocido, y cada vez son más los países de la UE que prohíben el uso de teléfonos móviles en las escuelas.
La adicción a las pantallas entre los jóvenes se entiende como un uso excesivo y compulsivo de teléfonos móviles, tabletas, ordenadores, televisores y videoconsolas. Los adolescentes de todo el mundo pasan una media de 7 horas y 22 minutos al día frente a las pantallas. La exposición excesiva de los menores de 3 años a pantallas puede repercutir negativamente en su desarrollo cerebral. Además, recientes investigaciones demuestran que la adicción a las pantallas en niños de 9 a 11 años podría aumentar el riesgo de desarrollar conductas suicidas.
Para proteger tanto a menores como a adultos, desde 2024, todas las plataformas digitales de Europa deben cumplir la Ley de Servicios Digitales, un conjunto de normas de ámbito comunitario cuyo objetivo es crear un entorno en línea más seguro.
En Francia, los móviles llevan prohibidos en las escuelas desde 2018, pero es una norma que se ignora constantemente. No obstante, algunas escuelas están tomando medidas más estrictas. La escuela pública Marcel Pagnol, al suroeste de Lyon, es uno de los 200 centros ses de enseñanza media que han probado la llamada «pausa digital» desde el comienzo del curso escolar.
A las 7:30 de la mañana, los alumnos de primero de secundaria (con 11 o 12 años) deben dejar los teléfonos en la entrada. Los mayores pueden conservarlos, pero no se les permite utilizarlos durante el horario escolar. El director de la escuela explica que confiscar los móviles ha demostrado ser la forma más eficaz de hacer que se cumpla la prohibición.
"La idea consistía en frenar la adicción lo antes posible durante el horario escolar, y con los alumnos de 11 y 12 años no he tenido ni un solo problema por los móviles desde el 1 de septiembre. Sin embargo, en segundo, tercero y cuarto seguimos teniendo incidentes: intentando averiguar si se ha hecho una foto o no, normalmente en circunstancias muy complejas en las que están implicados alumnos que son totalmente adictos a estos dispositivos".
Los estudiantes aceptan de manera casi unánime la prohibición de los teléfonos.
"La escuela es lo que nos quita parte del tiempo de pantalla", afirma una niña de 12 años.
Esta profesora de español afirma que las pausas digitales, además, reducen los incidentes de ciberacoso, un problema cada vez mayor que afecta a uno de cada seis estudiantes en Europa, según un estudio reciente de la OMS.
"Este año hemos hecho el baile anual de graduación sin móviles, y ha sido mágico", explica la profesora de español Sophie Atallah. "Se sentían con libertad para bailar y ser ellos mismos. No les preocupaba cómo se iban a utilizar o a manipular sus fotos".
Los padres de toda Europa también toman medidas contra la adicción a las pantallas. En Lyon, Marie-Alix, madre de dos hijos, ha escrito un libro sobre el tema, y el grupo de Facebook que creó hace cinco años ya cuenta con más de 20.000 .
"Cuando he dado charlas a niños (en el colegio), algunos se me han acercado diciendo: «Es que no puedo parar». Es como cuando un alcohólico dice: «Ayer sabía que no quería beber, pero acabé bebiendo»".
La eurodiputada de Los Verdes Kim Van der Sparrentak lleva tiempo exigiendo una regulación más estricta de las grandes plataformas digitales en Europa.
Como ponente del Informe sobre el diseño adictivo en los servicios digitales, sostiene que la Comisión debe adoptar una postura firme en el marco de la Ley de Servicios Digitales y prohibir los algoritmos más adictivos; particularmente los basados en clics y en interacciones.
"No hay cerebro humano que pueda controlar esos algoritmos", señaló.
Una relación sana de los menores con la tecnología requiere la implicación de varios agentes, como instituciones, escuelas y familias, que luchen por establecer las normas adecuadas o hacer que se cumplan. Solo queda una pregunta clave: ¿hasta qué punto estarán dispuestos los gigantes de las redes a cuestionar sus propios modelos de negocio para proteger la salud mental de sus s más jóvenes?