Los pasillos de la Universidad de Galati se han transformado en una extraordinaria exposición que presenta esculturas hechas completamente de chatarra. Creaciones del soldador local Paul Mironov, las piezas, elaboradas a partir de cadenas de bicicleta, bujías y tornillos, han cautivado a visitantes de todas las edades.
Mironov, quien insiste en que no es un artista sino un hombre que "ama la belleza", ha pasado años perfeccionando su oficio. Su pieza más desafiante, un autorretrato, le tomó 18 meses en completarse.
La exposición ha despertado interés en una exhibición permanente. "Estamos considerando un museo de la diversidad", dijo Arthur Tulus, Decano de la Universidad de Galati. "Solo necesitamos el espacio adecuado." Por ahora, las esculturas de Mironov son prueba de que incluso el metal desechado puede encontrar nueva vida a través de la creatividad y la habilidad.