El Gobierno español defiende el acuerdo entre la Unión Europea y Mercosur en materia agrícola y ganadera a diferencia de otros países como Francia o Alemania. Esto ha provocado el enfado de los agricultores españoles que no descartan convocar movilizaciones.
En los campos de Arganda del Rey, Cipri Guillén, de 52 años, carga con el legado de una familia de agricultores que ha labrado la tierra durante generaciones. Pero hoy, su tractor no solo remueve la tierra, sino que trabaja también para revitalizar su municipio, para el que el sector agrícola es esencial.
Sin embargo, el acuerdo Mercosur, que negocia la Unión Europea con países latinoamericanos, amenaza con inundar el mercado de carne y cereales procedentes del extranjero, poniendo en jaque a productores como Cipri.
"Nos están ahogando", dice en declaraciones a 'Euronews', frente al Ministerio de Agricultura y pensando en sus vecinos y el sector en su conjunto. Además de estar presente en las protestas que han sacudido Madrid y Bruselas, Cipri se preocupa por dinamizar su municipio y un sector que, si cae, arrastrará consigo la vida de miles de pueblos en toda España.
Nació y creció en Arganda del Rey, un municipio de 55.000 habitantes que aún conserva su raíz rural. Él, además de cultivar, se ha convertido en un pilar para la comunidad, organizando visitas guiadas al campo entre colegios y turistas para poner en valor la agricultura. Asesora a jóvenes que quieren quedarse en el pueblo y defiende la cooperativa local que da trabajo a numerosas familias.
Pero el nuevo acuerdo de Mercosur lo podría cambiar todo. Los precios bajos de la soja o la carne podrían hundir la producción local. "No podemos competir con eso". En un país donde la despoblación acecha a las zonas más rurales, Cipri es un dique de contención.
"En estos países de donde se espera traer estas materias primas, todas estas normas no existen, es más fácil su producción y su su manejo", nos cuenta Cipri Guillén, portavoz de la Cooperativa Vinícola de Arganda. "Además, es inconcebible que la Unión Europea, que se crea para la protección de los países , esté dejándonos trabajar en desventaja con una competencia desleal con países terceros", añade.
"Nos están exigiendo cumplir con unas cosas que cada día son más difíciles y que encarecen más nuestros productos, están abandonando la agricultura como la ganadería europea", lamenta Guillén.
El conflicto Mercosur
El pasado noviembre, miles de tractores, incluidos los de Cipri y sus vecinos, tomaron las calles de Madrid. "Mercosur es el fin de la agricultura europea", dice Jesús Ángel Sánchez, de COAG, en declaraciones a este medio. Según la organización, el acuerdo podría reducir un 20% los ingresos del sector, con pérdidas de hasta 5.000 millones de euros anuales. España, con 900.000 explotaciones agrarias, muchas en zonas rurales, sería de las más golpeadas.
"Rechazamos totalmente la posición que tiene el Ministerio de Agricultura y el Gobierno español cuando saben el impacto que el acuerdo tiene sobre la ganadería y sobre la agricultura en todo el Estado español", nos explica Sánchez antes de asistir a una reunión en el Congreso de los Diputados.
Para Cipri, no son solo números: es su familia, su pueblo, su identidad. "Si el campo muere, los pueblos se vacían", dice. La UE promete controles, pero los agricultores no se fían: piden vetar el acuerdo o blindar su producción.
Expertos coinciden: el campo español puede ser un motor contra la despoblación si se apuesta por él. Cipri lo tiene claro: "pedimos futuro". Su lucha es un grito por el medio rural, un ejemplo de cómo los agricultores no solo cultivan esperanza.
Frente a Mercosur, su tractor es más que una máquina; es una barricada contra el abandono. Si él y miles como él se ven perjudicados, el declive demográfico ganará terreno. Pero si se les escucha, si se les da herramientas, pueden ser la semilla de un cambio. En Arganda y en España, el campo pide vivir.