Teherán activa una nueva planta nuclear tras ser acusado de incumplir sus obligaciones. Washington y la República Islámica mantienen conversaciones tensas.
Resolución crítica del OIEA y respuesta inmediata de Irán
La Junta de Gobernadores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) aprobó el jueves una resolución en la que acusa a Irán de incumplir sus obligaciones en materia de salvaguardias nucleares. Teherán respondió con dureza, calificando la medida de "política" y anunciando contramedidas, entre ellas la puesta en marcha de una nueva planta de enriquecimiento de uranio y la modernización de sus centrifugadoras en la instalación de Fordow con modelos de sexta generación.
En una declaración conjunta, el Ministerio de Asuntos Exteriores iraní y la Organización de Energía Atómica de Irán criticaron el enfoque del OIEA, al considerar que la cooperación transparente mantenida hasta ahora "ha resultado contraproducente debido al enfoque político adoptado" por la agencia.
Alarma por el programa nuclear iraní y escalada diplomática
El director general del OIEA, Rafael Grossi, expresó recientemente su creciente preocupación por el programa nuclear iraní. Durante una conferencia de prensa en Viena, reveló la existencia de tres sitios de enriquecimiento de uranio no declarados y señaló que las reservas iraníes de uranio enriquecido al 60 % superan los 400 kilogramos, una cantidad que, en teoría, bastaría para fabricar diez bombas nucleares.
Por su parte, Fereydoun Abbasi, ex jefe de la agencia nuclear iraní, acusó al organismo internacional de actuar con "hostilidad premeditada" y de mostrar un "sesgo hacia la agenda occidental". Mientras tanto, el ministro de Asuntos Exteriores de Omán, Badr al-Busaidi, confirmó que el domingo se celebrará en Mascate una nueva ronda de conversaciones nucleares entre Irán y Estados Unidos, en el marco de los esfuerzos de mediación omaníes.
Tensión entre Teherán y Washington en torno al enriquecimiento
Desde abril, ambos países han participado en cinco rondas de negociaciones mediadas por Omán con el objetivo de reactivar el acuerdo nuclear de 2015, abandonado por la istración Trump en 2018. La última ronda tuvo lugar en Roma el 23 de mayo y, según Mascate, se lograron "algunos avances". Sin embargo, el presidente estadounidense declaró que los resultados de la próxima reunión determinarán si puede evitarse una acción militar, al tiempo que acusó a Irán de obstaculizar el diálogo.
El líder supremo iraní, Alí Jamenei, respondió que la propuesta estadounidense no se ajusta a los intereses de la República Islámica. El principal punto de fricción sigue siendo el enriquecimiento de uranio: Teherán defiende que sus actividades están amparadas por el Tratado de No Proliferación Nuclear, mientras que Washington lo considera una línea roja. No obstante, Irán ha manifestado estar dispuesto a debatir restricciones temporales al enriquecimiento y a valorar la creación de un consorcio regional de combustible nuclear.