Estados Unidos ha desplegado bombarderos B-2 en una base remota del Índico. Estos también podrían estar destinados a atacar a los rebeldes hutíes en Yemen, quienes amenazan el comercio marítimo en el mar Rojo vinculado a Israel.
Varios informes e imágenes de satélite indican que la Fuerza Aérea de Estados Unidos está trasladando una importante fuerza de bombarderos B-2 a la estratégica isla de Diego García, un atolón militarizado de Reino Unido en el Océano Índico que se encuentra a cientos de kilómetros al sur de las Maldivas.
La base se ha utilizado repetidamente como plataforma previa a las operaciones estadounidenses en Oriente Medio durante los últimos años, en particular durante las guerras en Irak y Afganistán. El remoto atolón vuelve a estar en el centro de los movimientos militares ante la nueva ola de ataques contra los hutíes, que amenazan a los barcos vinculados a Israel ante la situación humanitaria en la franja de Gaza.
Las imágenes de satélite muestran que, en las últimas 48 horas, al menos tres bombarderos B-2 han llegado a la base de Diego García. Las comunicaciones aéreas han confirmado que dos bombarderos B-2 repostaron combustible en Australia ayer, miércoles. Además, los datos de tráfico aéreo sugieren la presencia de un tercer bombardero.
Los datos de vuelo indican que se han lanzado otros bombarderos desde la base Whiteman en Misuri donde se encuentra toda la flota B-2, compuesta por 20 aviones, hacia el Índico. En la base también se han visto 11 aviones de repostaje Boeing KC-135 Stratotanker, 3 aviones de transporte C-17 y posiblemente un avión de patrulla marítima Poseidon P-8.
Las redes de seguimiento de vuelos y fuentes internacionales han informado de que también se han desplegado cazas F-35 avanzados en Oriente Medio. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, también ha enviado el portaaviones Harry S. Truman al mar Rojo, así como el USS Carl Vinson. Las operaciones en la zona están siendo cuestionadas tras la revelación de unas conversaciones bélicas detalladas por un canal poco seguro, donde los bombardeos en Yemen se llegaron a celebrar con emojis por pesos pesados de la istración republicana.
El aumento de este nivel de despliegue militar estadounidense se considera una señal de una mayor disposición a llevar a cabo operaciones aéreas a gran escala en la región.
Los analistas militares dicen que lo que se ha observado hasta ahora en relación con Diego García va mucho más allá de los habituales ejercicios rutinarios. La última vez que se desplegaron tantos bombarderos fue en 2020, tras el asesinato de Qasim Soleimani, un militar de alto rango iraní,por parte de Estados Unidos.
El rol estratégico de la base Diego García
El atolón, perteneciente al Territorio Británico del Océano Índico y sede del escuadrón de apoyo a la Marina estadounidense, está fuera del alcance de los misiles y drones iraníes y hutíes. La distancia de la isla a Irán es de unos 3795 km, mientras que el alcance de los misiles balísticos iraníes normalmente se estima en hasta 2000 km.
La base conjunta entre Reino Unido y los Estados Unidos se ha utilizado durante muchos años como cuartel general para el inicio de las principales operaciones militares estadounidenses, incluso en la guerra de Afganistán en 2001 e Irak en 2003.
Los bombarderos B-2 tienen la capacidad de penetrar sistemas de Defensa muy blindados y atacar instalaciones subterráneas con bombas de gran capacidad, las GBU-57A/B.
Estas bombas de 14 toneladas anti búnkeres sólo pueden ser transportadas por los bombarderos B-2 y están diseñadas para destruir centros fortificados.
En octubre del año pasado, Estados Unidos utilizó por primera vez bombarderos B-2 para atacar los depósitos subterráneos de armas de los hutíes en Yemen. El aumento de la presencia militar estadounidense se produce ante las crecientes advertencias de la istración de Donald Trump contra Teherán.
Washington ha acusado a Irán de apoyar los ataques hutíes contra barcos comerciales en el mar Rojo, al tiempo que ha advertido sobre el programa nuclear de la República Islámica. En respuesta, Irán insiste en que su programa nuclear se lleva a cabo únicamente con fines comerciales y no tiene aplicaciones militares. Según los informes, Washington ha enviado una carta oficial a Irán advirtiendo que su falta de cooperación podría tener graves consecuencias.
Esto se produce cuando la Guardia Revolucionaria iraní ha anunciado un nuevo proyecto titulado "Ciudad de los misiles". Los medios estatales de la República Islámica también han publicado imágenes de la instalación, que se consideran una señal del aumento de la capacidad militar de Irán en un contexto de crecientes tensiones.
En una situación en la que las consultas diplomáticas realizadas no han arrojado resultados concluyentes, la preocupación por la posibilidad de que se intensifiquen los enfrentamientos en la región crece más que nunca.