El máximo responsable sanitario estadounidense acusó a los del comité asesor de tener "muchos conflictos de intereses".
El secretario de Sanidad estadounidense,Robert F. Kennedy Jr., ha despedido a todos los de un comité científico vital que asesora a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) sobre el uso de las vacunas, prometiendo sustituirlos por su propio personal. Su actuación ha sido criticada por diversos grupos, que consideran que puede poner en peligro el uso futuro de las vacunas en Estados Unidos.
Los principales médicos del país han criticado la decisión de destituir a los 17 del . Tom Frieden, presidente y director ejecutivo de la organización global de salud pública Resolve to Save Lives y exdirector de los CDC, acusó a Kennedy de "politizar" el Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (ACIP), advirtiendo de que podría socavar la confianza pública establecida tras años de compromiso y duro trabajo. "Miraremos atrás y veremos esto como un grave error que sacrificó décadas de rigor científico, socavó la confianza pública y abrió la puerta a teorías marginales en lugar de a hechos", añadió.
Sin embargo, Kennedy insiste en que la decisión se tomó en función de los méritos, ya que varios tenían "muchos conflictos de intereses" mientras ocupaban un puesto en la junta. Actualmente, los están obligados a declarar cualquier posible conflicto de este tipo, así como los intereses comerciales, que surjan durante su mandato. También deben revelar cualquier posible conflicto al comienzo de cada reunión pública. Aunque no suele considerarse una junta partidista, toda la lista actual de del comité fue designada por Biden.
El secretario de Salud dijo en un artículo de opinión para 'Wall Street Journal' que la istración Trump no habría podido nombrar nuevos hasta 2028 sin eliminar la lista actual: "Se necesita una barrida limpia para restablecer la confianza pública en la ciencia de las vacunas", dijo Kennedy Jr.
"Una acción peligrosa"
Frieden dice que las acciones del secretario de salud se basaron en falsas afirmaciones de conflicto de intereses y establece "una acción peligrosa y sin precedentes que hace que nuestras familias estén menos seguras" al reducir potencialmente el a las vacunas para millones de personas.
Georges Benjamin, de la Asociación Americana de Salud Pública (APHA), calificó la destitución de "golpe de estado". Bruce Scott, de la Asociación Médica Estadounidense (AMA), advirtió de que la decisión podría reducir las tasas de vacunación y provocar más brotes de enfermedades. Scott también calificó al ACIP de fuente fiable de asesoramiento basado en datos científicos y afirmó que la decisión de Kennedy, unida al descenso de las tasas de vacunación en todo el país, contribuirá a un aumento de las enfermedades prevenibles mediante vacunación.
Kennedy ha sido durante mucho tiempo un crítico acérrimo de los programas de vacunación, ganando popularidad como uno de los principales activistas antivacunas del país, antes de su nombramiento como máximo responsable de la sanidad estadounidense. El mes pasado cambió las directrices de los CDC sobre la vacuna COVID-19 -sin consultar previamente al comité- eliminándola como vacuna recomendada para niños y mujeres embarazadas, dejando esa decisión en manos de los pacientes.