Un proyecto entre ambos países estudia la estructura de las casas tradicionales de Bután a través de pruebas de estrés que miden su fortaleza. Se trata de analizar las causas de los derrumbes para encontrar soluciones que permitan resistir los temblores y salvar vidas.
PUBLICIDADLa coordillera del Himalaya es una de las regiones sísmicamente más activas del mundo. En 2015 un terremoto en el vecino Nepal causó miles de víctimas. En esta edición de Global Japan veremos cómo los científicos japoneses trabajan con sus colegas de Bután para reforzar la arquitectura tradicional y resistir mejor posibles nuevos seísmos.
La Agencia de Cooperación Internacional de Bután y Japón ha realizado diferentes tests de estrés a gran escala para evaluar la fortaleza de los edificios. Los especialistas colocan mallas de alambre en torno a maquetas de gran tamaño y comprueban su solidez ante los temblores.
En Japón, cables con sensores bajo tierra y bajo el agua detectan los movimientos sísmicos a tiempo real. Una tecnología que comienza a implantarse también en Bután.
En este proyecto se realizan mapas de la situación en todo el país. Y se involucra a los constructores para conseguir edificios más seguros.
La clave está en conocer las causas de los derrumbes para encontrar soluciones que salven vidas.