Ya no hay ninguna duda: la Oficina Federal para la Protección de la Constitución ha calificado a la AfD como "un esfuerzo de extrema derecha declarado".
La Oficina Federal para la Protección de la Constitución de Alemania designó este viernes al partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) como una organización de extrema derecha que representa una amenaza para la democracia y el orden constitucional.
La oficina, también conocida como BfV, justificó su decisión señalando las posturas xenófobas de AfD en relación con la etnicidad, afirmando que el partido discrimina a las personas que no son alemanes étnicos. Según el comunicado emitido el viernes, los expertos de la oficina analizaron durante un periodo de tres años si las acciones de AfD "se ajustaban a los principios fundamentales de la Constitución alemana".
La oficina también investigó las declaraciones de los representantes de AfD, su comportamiento general y sus vínculos con actores y grupos extremistas de derecha. Esto llevó a la institución a concluir que AfD "pretende excluir a determinados grupos de población de la participación igualitaria en la sociedad, someterlos a un trato desigual contrario a la Constitución y, de este modo, asignarles un estatus jurídicamente inferior".
Asimismo, agregó que el partido de extrema derecha no considera a las personas con "historial migratorio procedente de países de influencia musulmana como equivalentes del pueblo alemán definido étnicamente". Por su parte, los copresidentes de AfD, Alice Weidel y Tino Chrupalla, emitieron una declaración conjunta en la que calificaron la decisión de "motivada políticamente" y recordaron a sus simpatizantes que esta clasificación aún no es "jurídicamente definitiva".
Alternativa para Alemania "continuará defendiéndose"
Weidel y Chrupalla afirmaron que el partido continuará "defendiéndose por la vía legal" contra lo que calificaron de "difamación". En cambio, la ministra del Interior de Alemania en funciones, Nancy Faeser, señaló en un comunicado que la clasificación es "clara e inequívoca" y se basa en una auditoría "exhaustiva y neutral" de 1.100 páginas, sin ninguna influencia política.
En las elecciones de febrero en Alemania, AfD quedó en segundo lugar con el 20,8% de los votos, por detrás de la CDU (centroderecha) y por delante del SPD (centroizquierda), los dos partidos que formarán el nuevo Gobierno. Esta misma clasificación ya se aplicaba a algunas secciones del partido, incluida su organización juvenil.
Sin embargo, esta designación no implica la prohibición del partido, algo que solo puede decidir el Tribunal Constitucional Federal a petición de una de las dos cámaras del Parlamento o del Gobierno federal. Aunque el Parlamento alemán podría solicitar la disolución del partido en su totalidad, es poco probable que eso llegue a suceder.
El canciller saliente, Olaf Scholz, pidió cautela ante una posible prohibición de AfD, declarando: "Estoy en contra de reacciones impulsivas. Debemos evaluar cuidadosamente esta clasificación".