Meloni y Macron se reunieron en Roma para abordar temas clave como la invasión de Ucrania, la guerra en Gaza, las relaciones entre la UE y EE.UU. y la cooperación económica.
Italia y Francia intentan volver a la misma longitud de onda en Roma, con el encuentro en el Palazzo Chigi entre Giorgia Meloni y el presidente francés Emmanuel Macron, acogido con todos los honores, tras semanas de tensiones sobre todo por Ucrania, y por temas que les alejan como el derecho al aborto.
Para el Gobierno de París se trataba de una visita "importante" para "avanzar juntos" en varios asuntos, desde las guerras de Ucrania y Gaza a las relaciones en el seno de la UE y con Estados Unidos. "La presidenta Meloni forma parte del formato colectivo de la Coalición de Voluntarios. Estuvo presente en las reuniones de París y Londres, Italia es un socio importante", anunció el lunes el Elíseo.
Ambos defiende la idea de una "Europa más soberana". Así se explica en el comunicado conjunto que hicieron público: "Italia y Francia, fieles a su papel de naciones fundadoras del proyecto europeo, tienen la intención de reforzar su compromiso conjunto por una Europa más soberana, más fuerte y más próspera, orientada ante todo hacia la paz y capaz de defender sus propios intereses y de proteger a sus ciudadanos".
También había buenas expectativas en Roma, donde el Ejecutivo anunció que los dos países tienen "posiciones comunes" en muchos de los temas de la agenda de la reunión. La fuerte postura de Macron sobre el apoyo, cuando no la intervención militar, en Ucrania -y la postura más blanda de Italia que otros países de la UE sobre la cuestión y sobre los aranceles impuestos por Estados Unidos- han generado cierta frialdad entre ambos líderes.
Por su lado, la propuesta de Meloni de ampliar a Kiev la defensa mutua en virtud del Artículo 5 de la OTAN, en lugar de la entrada formal de Ucrania en la Alianza, no ha encontrado mucho apoyo entre los aliados.
En la reunión y la cena de trabajo se trataron temas como la cooperación económica entre Italia y Francia, la crisis de la industria automovilística europea y la investigación y las tecnologías de vanguardia. Meloni también espera encontrar puntos en común con París sobre la inmigración y las relaciones transatlánticas.
Meloni también recibió a Robert Fico
Giorgia Meloni también recibió el martes al primer ministro eslovaco Robert Fico. Tras la recepción en el patio de honor, donde Fico obsequió a la líder italiana con un ramo de flores blancas y rosas, ambos dirigentes mantuvieron conversaciones bilaterales.
Sobre la mesa, según explicó el Gobierno eslovaco, estaba el desarrollo de las relaciones entre Eslovaquia e Italia y la posibilidad de una mayor cooperación en el ámbito de la energía.
"Aprecio mucho el enfoque pragmático de su primera ministra. Me gusta mucho su forma pragmática de abordar los asuntos", declaró Fico a los medios de comunicación al término de la reunión. "Nos centramos en la guerra de Ucrania. El presidente del Consejo estaba muy interesado en mis posiciones, ya que Eslovaquia es un país vecino, por supuesto", continuó el líder eslovaco.
"Discutimos el tema de la repotenciación, es decir, qué pasará en Europa cuando todos los suministros de energía de Rusia ya no lleguen a la Unión Europea". "Creo que hay países en la UE que quieren prolongar esta guerra con la idea de que esta es la manera de perjudicar a Rusia. No creo que esta estrategia funcione", subrayó Fico.
Los dos jefes de Gobierno "discutieron su apoyo a una paz justa y duradera en Ucrania y su compromiso con la reconstrucción del país con vistas a la Conferencia para la Recuperación de Ucrania que Italia acogerá en julio de 2025", reza una nota conjunta, en la que también se hace un llamamiento a un Oriente Próximo estable y en paz, pidiendo un alto el fuego y la liberación de los rehenes por parte de Hamás.
En un principio, la reunión con Fico estaba prevista para el 13 de mayo, sólo cuatro días después de la misión del eslovaco a Moscú para asistir al desfile militar que conmemoraba el 80 aniversario de la derrota de la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial, siendo el único dirigente de la UE en hacerlo.
El político eslovaco, proclive a las posiciones rusas y víctima de un intento de asesinato por este motivo hace un año, se había reunido en esa ocasión con Vladímir Putin, expresándole su "oposición a la política del llamado nuevo telón de acero que se está creando entre la UE y Rusia", y subrayando que Eslovaquia "quiere construir puentes de cooperación, no líneas de división".