Hasta 10 niños sufren actualmente diversos tipos de cánceres por una mutación genética de un donante danés: la cifra de afectados podría aumentar.
La cuantiosa donación de esperma por parte de un ciudadano danés en clínicas de fertilidad belgas ha puesto de manifiesto varias deficiencias en la regulación de este tipo de donaciones en la Unión Europea. El Banco Europeo de Esperma (ESB) utilizó presuntamente gametos de un donante danés que, sin saberlo, era portador de una variación del gen TP53 que aumenta el riesgo de cáncer precoz. El donante ayudó a concebir al menos 67 niños en Europa, 52 de ellos en Bélgica. 23 de ellos son portadores de la variante genética, y hasta 10 han desarrollado cáncer.
El caso fue revelado a finales de mayo por Edwige Kasper, bióloga del Hospital Universitario de Rouen, en una reunión de la Sociedad Europea de Genética Humana celebrada en Milán. "Se trata de un síndrome llamado Li-Fraumeni, que dará lugar a múltiples cánceres con un espectro muy amplio, por lo que los niños portadores de esta variante deben ser vigilados muy de cerca", explica a 'Euronews' la especialista en predisposiciones hereditarias al cáncer.
De los 10 niños que han desarrollado alguna forma de cáncer, el médico contabiliza cuatro hemopatías (una enfermedad de la sangre), cuatro tumores cerebrales y dos tipos de sarcoma que afectan a los músculos. Mientras que la mayoría de los países europeos limitan el número de niños engendrados por un solo donante, o el número de familias a las que puede "ayudar" uno solo, no existe ningún límite a escala internacional o europea.
"Acabaremos con una propagación anormal de una patología genética, porque el banco de esperma implicado en este caso ha fijado un límite de 75 familias a partir del donante. Otros bancos de esperma no han fijado ningún límite", dice Kasper. Aunque los donantes se someten a exámenes médicos y pruebas genéticas, "no existe una preselección perfecta", explica Ayo Wahlberg, miembro del Consejo Danés de Ética. "La tecnología avanza muy deprisa. Las tecnologías de pruebas genéticas y sus costes están bajando tan rápido que, si comparamos el reclutamiento y los tipos de pruebas genéticas en el proceso de selección de hace una década, han cambiado muchas cosas", afirma.
Las normas que rigen la donación de esperma varían de un país europeo a otro. El número máximo de hijos de un mismo donante varía de 15 en Alemania a unoen Chipre. Otros países prefieren limitar el número de familias que pueden recurrir a un mismo donante para darles la oportunidad de tener hermanos y hermanas. Por ejemplo, un mismo donante puede ayudar a 12 familias en Dinamarca y a seis en Suecia o Bélgica. Además, la donación es anónima en países como Francia y Grecia.
En otros Estados , como Austria, la persona nacida de una donación de gametos puede tener a la identidad de su progenitor. En Alemania y Bulgaria, las donaciones pueden ser anónimas o no, según las circunstancias; en Países Bajos jamás lo es.
¿Hacia un marco europeo común de planificación familiar?
Los consejos nacionales de ética médica de Dinamarca, Suecia, Finlandia y Noruega dan la voz de alarma: la ausencia de límites a escala internacional aumenta el riesgo de propagación de enfermedades genéticas y la consanguinidad. Además, en la era de las redes sociales y las pruebas de ADN, el anonimato de los donantes ya no puede garantizarse al 100%. Descubrir la existencia de decenas de descendientes o medio hermanos puede ser más difícil de asumir para algunos donantes o personas nacidas de una donación.
Ayo Wahlberg, miembro del Consejo Danés de Ética, explica a 'Euronews' que apoya estas limitaciones a nivel europeo. "Ahora disponemos de todas estas tecnologías de pruebas genéticas y los hermanastros pueden encontrarse por internet".
Por ello, estos consejos de ética piden que se fijen límites a escala europea e internacional y que se creen registros. "El primer paso es, pues, establecer o introducir un límite de familias por donante. El segundo paso es crear un registro nacional. Y el tercer paso es, por supuesto, tener un registro europeo basado en los nacionales", declara a 'Euronews' Sven-Erik Söder, presidente del Consejo Nacional Sueco de Ética Médica.
Al argumento esgrimido a veces de que la introducción de restricciones podría provocar una escasez de gametos en detrimento de las familias, responde que la solución no es la ausencia de regulación, sino la estimulación de la oferta para atraer a más donantes.