En la noche del miércoles 20 al jueves 21 de noviembre de 2024, un volcán volvió a entrar en erupción en la península de Reykjanes, en el suroeste de Islandia. Esta séptima erupción desde diciembre comenzó en Sundhnúksgígar, cerca de Stóra Skógfell, a las 00:14 CET, según la Oficina Meteorológica de Islandia, y generó una fisura de tres kilómetros.
A pesar de las advertencias de emisión de gases, sobre todo en Grindavík, donde las frecuentes erupciones ya han provocado daños materiales y evacuaciones, las autoridades afirman que no se esperan repercusiones en el tráfico aéreo. También aseguran que la seguridad de los residentes no se ha visto comprometida y que Reikiavik sigue fuera de peligro.
Aunque la península de Reikiavik ha permanecido en calma durante ocho siglos, ha sufrido frecuentes erupciones desde 2021, la más reciente el 23 de agosto, lo que suscita preocupación por el impacto duradero en esta región situada a sólo 50 kilómetros de Reikiavik.
