Las flores de ciruelo (ume - 梅) ocupan un lugar especial en la cultura japonesa, representando el primer heraldo de la primavera que se aproxima. Si bien la sakura suele acaparar la atención internacional, el ume tiene un significado profundo y una belleza singular que lo hace igualmente cautivador.
La floración de los ciruelos en Japón comienza a mediados de febrero, cuando el invierno aún mantiene su presencia pero empiezan a verse señales del cambio de estación. Los árboles de ciruelo, resistentes al frío, producen delicadas flores en tonos que van desde el blanco puro hasta intensos rosados y rojos profundos. Su fragancia dulce y penetrante es otra característica distintiva que las hace especialmente apreciadas.
Los ume matsuri o festivales de los ciruelos son celebraciones que marcan este momento especial del año. Estos eventos tienen lugar en numerosos espacios sagrados y públicos por todo Japón. Durante estos festivales, los visitantes pueden participar en ceremonias tradicionales, disfrutar de la gastronomía local y, por supuesto, contemplar la belleza de los ciruelos en flor. Lugares como el Santuario Kitano Tenmangu en Kioto y el Parque Kairakuen en Mito son particularmente famosos por sus extensas plantaciones de ciruelos.
