En las costas de Normandía, donde las fuerzas aliadas desembarcaron hace 81 años, un pequeño grupo de veteranos de la Segunda Guerra Mundial se reunió para recordar a aquellos que nunca regresaron a casa.
Ahora, en su mayoría centenarios, han venido con un mensaje por el que una vez arriesgaron todo: la libertad debe ser recordada y defendida. Entre ellos está Wally King, de 101 años, rindiendo homenaje a los caídos en el Cementerio Americano de Normandía con vistas a la playa de Omaha.
Menos de dos docenas de veteranos hicieron el viaje este año, abrazados por multitudes que les agradecían con gritos de ¡Merci!. A medida que los supervivientes de la Segunda Guerra Mundial desaparecen, la responsabilidad recae en las próximas generaciones que les deben la deuda de la libertad.