La UE pretende reducir su dependencia de potencias como China para abastecerse de minerales a finales de década. En plena ebullición de tensiones geopolíticas, EU DECODED se cuestiona si el bloque puede seguir el ritmo de sus competidores.
Las potencias mundiales se esfuerzan por adelantarse en la carrera por los minerales que hacen falta para producir nuevas tecnologías como microchips, es solares y coches eléctricos.
Donald Trump, presidente de Estados Unidos, ha invocado poderes bélicos para impulsar la producción estadounidense y ha contemplado el uso de las fuerzas económica, militar y diplomática para acceder a las riquezas minerales de Canadá, Groenlandia y Ucrania.
China hace uso de su cuasi monopolio del mercado de refinado de minerales para imponerse sobre sus rivales geopolíticos.
En este nuevo campo de batalla entre potencias mundiales, ¿dónde se posiciona la Unión Europea?
Según el ejecutivo de la UE, la demanda de algunos elementos en la misma se va a disparar en la próxima década. Por ejemplo, la necesidad de litio, esencial para producir baterías para vehículos eléctricos, será doce veces mayor de aquí a 2030 y, de aquí a 2050, nada más y nada menos que veintiuna veces mayor.
La enorme dependencia de la UE de terceros países para ciertos materiales la hace vulnerable. Por ejemplo, Europa depende de China para el 100% de los elementos pesados de tierras raras, de Turquía para el 99% de su suministro de boro y de Sudáfrica para el 71% del platino.
China ya ha frenado las exportaciones de algunos minerales a la UE; entre ellos, los fundamentales para diversos sectores, desde el aeroespacial hasta el de los semiconductores.
¿Qué es la Ley de materias primas fundamentales?
El bloque apuesta por la Ley de materias primas fundamentales (aprobada en marzo del año pasado) para evitar interrupciones en sus cadenas de suministro de minerales.
El objetivo de esta es reducir las vulnerabilidades y explotar más minerales en suelo europeo, sin dejar de buscar asociaciones con socios «afines» y ricos en recursos: ya se han firmado 14 acuerdos; entre ellos, con Serbia, Australia, Groenlandia, Chile y la República Democrática del Congo.
El Acta enumera 34 materiales que el bloque considera «fundamentales» de los cuales 17 tienen prioridad como «estratégicos»; entre ellos, el litio, el grafito, el níquel, el cobalto, el cobre y los elementos de tierras raras.
También se fijan objetivos ambiciosos para que la UE extraiga el 10%, transforme el 40% y recicle el 25% de su consumo anual de materias primas estratégicas de aquí a 2030.
«El reciclaje de materias primas sobre el suelo, la mina urbana, es una vía atractiva para Europa», explicó Edoardo Righetti, investigador del think tank CEPS, «pues tenemos una capacidad y un potencial de extracción relativamente limitados».
«Pero, para la mayoría de estos materiales, las tasas de reciclaje siguen siendo relativamente bajas. Todavía no tenemos suficientes tecnologías que hayan llegado al final de su vida útil», prosiguió. «Además, hay otras cuestiones más estructurales, como el coste del reciclaje, los sistemas de recogida poco desarrollados o los sistemas de recogida ineficaces».
El ejecutivo de la UE intenta superar los obstáculos reduciendo las cargas istrativas de las empresas; por ejemplo, facilitando el a la financiación y estableciendo plazos más cortos para la concesión de permisos, de 27 meses para los de extracción y 15 meses para los de transformación y reciclaje.
¿Las preocupaciones socioambientales locales podrían frenar los proyectos?
La Comisión acaba de seleccionar 47 proyectos «estratégicos» en 13 Estados , los primeros de un conjunto más amplio de proyectos para extraer, refinar y reciclar más materias primas a escala nacional.
Según el Ejecutivo, el objetivo es garantizar un suministro «seguro y sostenible» de estos materiales críticos mientras se maximizan los recursos propios de Europa.
No obstante, las comunidades rurales de toda Europa se podrían enfrentar a desafíos.
Los planes para extraer litio en Portugal ya han provocado una fuerte resistenciapor parte tanto de los residentes como de las ONG ecologistas. Se mencionan posibles daños medioambientales y trastornos en la vida de los habitantes de las comunidades afectadas.
En Serbia, país candidato a la UE, ha surgido la misma resistencia. Allí, el verano pasado estallaron protestas ante los planes de abrir la mayor explotación minera de litio de Europa en el fértil valle de Jadar, anunciadas apenas unas semanas después de que la UE cerrara un acuerdo sobre materias primas con el gobierno serbio.
¿Podría la UE quedarse rezagada en la carrera?
Las reglas del juego también están cambiando a medida que Donald Trump adopta un enfoque cada vez más agresivo en la carrera por los minerales.
El Presidente estadounidense ha exigido de manera agresiva el a las riquezas minerales de Ucrania a cambio del apoyo militar de Washington, ha amenazado con anexionarse la vecina Canadá, rica en recursos, y quiere «comprar» Groenlandia para hacerse con el control de sus materias primas.
«La UE tiene un Memorando de Entendimiento (sobre materias primas) firmado con Ucrania, pero al mismo tiempo la istración Trump ha presionado a Ucrania para que firme un acuerdo a cambio de apoyo militar continuado (o en pago por el apoyo militar hasta la fecha, como busca la Casa Blanca) por el que se obtendría , particularmente abierto a toda la riqueza mineral de Ucrania, y Ucrania es otra de las potencias mundiales de recursos minerales», explica Robert Hodgson, reportero sénior de energía y medio ambiente de Euronews.
Además, añade que se plantean enigmas morales similares cuando la UE firma acuerdos similares con zonas afectadas por conflictos en las que los beneficios del comercio de minerales se utilizan para financiar a grupos armados, alimentando las violaciones de los derechos humanos.
«Ruanda ha estado en el punto de mira hace poco porque el ejército ruandés ha estado apoyando a grupos rebeldes en el este de la República Democrática del Congo», continuó. «Y ha habido informes creíbles de la ONU y ONG de que se están introduciendo minerales de contrabando a través de la frontera con Ruanda para luego exportarlos a Europa, lo que se conoce como minerales de conflicto».
El Ejecutivo comunitario declaró en febrero que su acuerdo sobre materias primas con Ruanda estaba «bajo revisión» después de que los rebeldes del M23, apoyados por Ruanda, se hicieran con el control del territorio oriental de la RDC, lo que provocó una condena internacional.
Vea el episodio completo en el vídeo de arriba.
Periodista: Mared Gwyn Jones
Producción de contenido: Pilar Montero López
Producción de vídeo: Zacharia Vigneron
Gráficos: Loredana Dumitru
Coordinación editorial: Ana Lázaro Bosch y Jeremy Fleming-Jones