En la continuación de nuestra nueva serie The Switch, analizamos cómo los vehículos eléctricos pueden ser más baratos de usar pero más caros de comprar, y nos preguntamos si es probable que esto cambie en el futuro.
PUBLICIDADBienvenido a The Switch, la nueva serie sobre movilidad de 'Euronews Next' dirigida a las personas que se plantean cambiar a un vehículo eléctrico.
A medida que el ritmo de la electrificación se acelera en medio de una creciente crisis climática y un panorama económico incierto, seremos su compañero en la transición de su coche de combustible fósil al eléctrico. Cada semana, le ofreceremos consejos y opiniones de expertos del sector, y trataremos de desmitificar el proceso y disipar la información errónea.
Uno de los grandes argumentos de venta de los vehículos eléctricos (VE) es que son más baratos que los que funcionan con combustibles fósiles, pero los compradores de coches nuevos que optan por un modelo eléctrico siguen pagando una prima importante respecto a un coche de gasolina o diésel de tamaño similar.
Hace tiempo que se espera que la paridad de costes entre los modelos eléctricos, de gasolina y diésel sea el punto de inflexión a favor de las ventas de coches eléctricos. Dado lo baratos que son los vehículos eléctricos, para la mayoría de la gente no tendrá sentido elegir un coche de gasolina o diésel.
En Noruega, donde ya se ha alcanzado la paridad de precios gracias a un amplio apoyo gubernamental, más del 80% de los coches nuevos vendidos son eléctricos. En total, los vehículos eléctricos superan a los de gasolina en las carreteras noruegas.
¿Cómo se logrará la paridad?
La diferencia de precio entre los coches eléctricos y los de combustión interna se debe principalmente a los costes de las baterías y los procesos de fabricación.
Es probable que la reducción prevista de los costes de los VE se deba a la caída de los precios de las baterías y al cambio de los fabricantes de automóviles a plataformas de vehículos específicamente diseñadas para VE, ya que esto permite un montaje más sencillo, paquetes de baterías estandarizados y mayores volúmenes.
Goldman Sachs Research predice que los precios de las baterías bajarán a 99 dólares (89 euros) por kilovatio-hora (kWh) en 2025, un 40% menos que en 2022. Esta reducción se deberá en parte al descenso de los costes de materias primas clave como el litio, el níquel y el cobalto.
Las recientes inversiones en minería y refinado han garantizado que la oferta mundial pueda satisfacer fácilmente la demanda actual y creciente. Se espera que los precios de las baterías desciendan una media del 11% anual entre 2023 y 2030.
Sin embargo, los avances en la química de las baterías, sobre todo con la introducción de las baterías de estado sólido, podrían cambiar las reglas del juego en el sector de los vehículos eléctricos.
Las baterías de estado sólido sustituyen el electrolito líquido de las actuales baterías de iones de litio por un material sólido, lo que las hace más seguras al reducir el riesgo de fugas o incendios de litio en caso de avería.
Estas baterías también prometen una mejora significativa de la autonomía y podrían duplicar la distancia de conducción de los vehículos eléctricos, pasando de una media de 400 km por carga a más de 800 km. Estos avances tecnológicos, combinados con la caída de los costes, allanan el camino hacia vehículos eléctricos más accesibles y eficientes.
Mientras tanto, se espera que el precio de los coches de gasolina y diésel aumente debido a una normativa de emisiones de la UE más estricta, por lo que todos estos factores se combinarán para cerrar la brecha de precios.
¿Cuánto se paga de más por un VE que por un coche con motor de combustión interna?
La cuantía del sobreprecio varía de un país a otro en función del tipo impositivo y de los incentivos y subvenciones que ofrezca el Gobierno. En Alemania, la diferencia de precio entre las versiones de gasolina y eléctricas del Peugeot 208 es significativa. El 208 de gasolina en acabado Style cuesta 22.950 euros, mientras que el modelo eléctrico asciende a 36.325 euros, una diferencia sustancial.
En Francia, el 208 Style de cuesta 20.850 euros en gasolina, 23.550 euros en versión híbrida y 34.100 euros en versión eléctrica.
En Dinamarca también hay una diferencia notable: el Peugeot 208 Active de gasolina cuesta 169.990 DKK (22.780 euros), mientras que la versión eléctrica cuesta 214.990 DKK (28.811 euros).
En Irlanda, el Peugeot 208 en acabado Allure parte de 28.495 euros para el gasolina, 29.995 euros para el híbrido y 33.185 euros para la versión eléctrica.
Por qué importa el Coste Total de Propiedad
Sin embargo, la paridad de precios no se limita al precio de compra, sino que hay que tener en cuenta el coste total de propiedad (TCO).
Los VE suelen ofrecer costes de funcionamiento más bajos, como combustible (electricidad) más barato, menos requisitos de mantenimiento e incentivos fiscales. Esto significa que, aunque los precios de compra sean más elevados, el coste total de propiedad de los VE puede ser inferior al de los coches con motor de combustión interna en muchos países.
Según Goldman Sachs Research, el mercado del VE podría alcanzar la paridad en términos de coste total de propiedad con los coches de gasolina y diésel a mediados de esta década.
¿A qué distancia está la paridad de precios?
Según un reciente informe de Gartner, en 2027 la producción de la próxima generación de vehículos eléctricos de batería será más barata que la de los coches con motor de combustión interna, gracias a innovaciones como la arquitectura centralizada de los vehículos, que reduce considerablemente los costes de producción y el tiempo de montaje.
Esto significa que los VE alcanzarán la paridad de costes con los vehículos de combustión interna antes de lo previsto. Sin embargo, Gartner también prevé que, al tiempo que se abarata la producción de VE, aumenten los costes de reparación, lo que podría traducirse en primas de seguro más elevadas.
El panorama automovilístico evoluciona rápidamente y los precios de los vehículos eléctricos seguirán bajando a medida que se reduzca el coste de las baterías y los procesos de fabricación sean más eficientes.
Aunque se espera que los coches eléctricos sean cada vez más competitivos frente a los tradicionales de motor de combustión interna, es probable que la verdadera paridad de precios no se alcance hasta la segunda mitad de esta década.
- Geraldine Herbert es redactora de motor del 'Sunday Independent' y experta en movilidad eléctrica.