La manifestación, realizada el lunes, sigue a un creciente malestar en el sector de salud pública del país, con un fiscal federal investigando ahora al ministro de Salud por presunta gestión arbitraria de la institución especializada en cáncer.
Mientras que a los médicos residentes se les prometió un aumento salarial de 580€ a 950€, el aumento propuesto excluye a más del 90 % del personal permanente. Casi 200 empleados ya han renunciado, citando el empeoramiento de las condiciones y los salarios que no pueden cubrir los costos básicos bajo el programa de austeridad radical de Milei.