Díez comparecerá la próxima semana ante la Comisión de Ética del PSOE en Ferraz tras las revelaciones sobre sus reuniones con empresarios y su presunta maniobra contra la UCO.
Leire Díez, la exmilitante del PSOE que habría tratado de desacreditar a la UCO, sigue en el eje del huracán tras una nueva filtración de mensajes publicada por el diario 'El Mundo' este domingo. Esta vez, los mensajes privados fueron enviados a través de la aplicación Signal y apuntan a que Díez también habría mantenido varias conversaciones con los socios del Gobierno sobre la UCO.
Los mensajes, intercambiados en octubre y noviembre de 2024, desvelan una operación clandestina orientada a entorpecer investigaciones que implican a altos cargos de la Guardia Civil y a de la Fiscalía Anticorrupción, según informa 'El Mundo'.
En sus comunicaciones, Díez aseguraba actuar en nombre de "los de arriba del Gobierno", algo que el PSOE ha negado vehementemente, y compartía con partidos socios del Ejecutivo tanto estrategias como preocupaciones, así como posibles líneas de actuación. Su tono, lejos de ser discreto, era directo y contundente. "O limpiamos todo esta legislatura o pedimos asilo en Taiwán", escribió.
Entre sus principales objetivos estaban, supuestamente, nombres clave en procesos judiciales relevantes: el teniente coronel Antonio Balas, vinculado al caso Koldo; el fiscal jefe de Anticorrupción, Alejandro Luzón; el exjefe de la UCO, Manuel Corbí; y el fiscal José Grinda.
En relación con este último, Díez distribuyó una página web con contenido difamatorio y lamentó que fuera bloqueada en España, llegando a cuestionar si tal acción no constituía una "violación de la libertad de expresión". También instaba a sus os a filtrar material nuevo con el fin de provocar impacto mediático.
Un auténtico terremoto político para el PSOE
La revelación de las conversaciones de Díez ha desatado un terremoto político en el PSOE, que últimamente ha tenido que lidiar con varios escándalos, incluidos los cargos contra la esposa y el hermano de Pedro Sánchez. Las informaciones reveladas también han reavivado el debate sobre la existencia de una supuesta "UCO patriótica" dentro de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil que, supuestamente, estaría actuando en coordinación con algunos medios y voces críticos con el Gobierno.
Según 'El Mundo', Díez mantenía encuentros con implicados en tramas de corrupción y viajaba con frecuencia entre Madrid y Barcelona para reunirse con figuras del entorno empresarial y político, incluidos exdirigentes del Partido Popular. Uno de los nombres mencionados en sus movimientos es Alejandro Hamlyn, empresario al que solicitó información sensible relacionada con el caso de los hidrocarburos, una investigación que terminó con el encarcelamiento de Víctor de Aldama y destapó posibles vínculos con una red de corrupción institucional.
En una reunión que tuvo lugar el 10 de marzo con el comandante Rubén Villalba, revelada por 'El Mundo', Díez expresó su preocupación por Aldama, recomendando "vigilarlo" para evitar que "siguiera tirando de la cuerda". Según sus propias palabras, existían datos que no podían salir a la luz y que, de hacerlo, podrían comprometer incluso al expresidente José Luis Rodríguez Zapatero.